Donde hubo fuego, cenizas quedan.
Tú ya me enciendes así, que fúmame. Es el único paso que te queda. Hazlo hasta consumirme. Poco a poco, sin prisa, para que consigas disfrutarlo y que te entre ese colocón que tanto te gusta. El mismo que hace que sigas deseándome a pesar de que ya solo queden cenizas. El que hace que sigas teniendo el mono de mí aunque te den caladas continuamente.
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