No es una locura, sólo es algo que se llama querer y te pertenece,
es un sentimiento que me domina y
que lleva tu nombre junto al del amor.
Ven, acarícime;
por un mometo haz posible que toque el cielo,
con la punta de los dedos.
Susúrrame mil te quieros al oído.
Ponme la piel de gallina.
Abrázame y bésame como si el mundo se acabara después.
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