martes, 30 de agosto de 2011

Thirty.

Hace exactamente tres meses, a estas horas 14:50 me disponía a emprender un camino a un sitio exacto, al lado de un kiosko, y frente a un paso de cebra. A la espera de ver a alguien por primera vez. Ya, era la hora 15:00h. La hora de conocerle. Cuando levanté la cabeza para mirar al frente, él estaba cruzando.  Yo nerviosa empecé a mirar a todas partes preguntando que pasaría y de ahí comencé a comerme las uñas. Al fin llegaste. Te encontrabas frente a mi, cara a cara. Dos besos y el abrazo que me prometiste días antes. Puesto que no sabía que hacer, decía todo lo que se me pasaba por la cabeza sin pensarlo. Dimos una vuelta por la tienda en busca de mi camiseta, la que resultó no ser la adecuada. Cuando terminamos de comprar no sabíamos a donde ir, así que a donde nos llevase el viento. Me daba miedo mirarte, tocarte, sentirte por si pasaba algo y de repente, veo como recorres mi hombro con tu brazo y me coges la cara con la otra mano para darme muchos besos seguidos en la mejilla. Me quedé un poco sorprendida, no me esperaba esa reacción tuya. Fuimos a comprar chuches y de más, ya que era la hora de la merienda. Al terminar, íbamos encaminados hacia un banco, pero no un banco cualquiera, era el "banco de siempre". Ya sentados en el te dí un beso que sin querer rozó tus labios por la parte izquierda. Empezaste a hacer los sonidos extraños, si, esos de uff..Sin darnos cuenta cuando me disponía a hacerlo de nuevo para jugar un rato contigo yo no fui la única. Tú también querías hacerlo de modo que nos quedamos frente a frente. Muy pegados el uno del otro, apenas nos separaba un dedo. De pronto quitamos los dos la cara mientras sonreíamos pero con las ganas de haberlo hecho..A partir de ahí los besos en la cara comenzaron a aproximarse a los labios. Decidí llevarte a mi casa y aún no había pasado nada excepto eso. Una tercera persona nos mandó a comprar de nuevo y esta vez fuiste tu el que decidió putearme con el jueguecito de los besos. Como dijimos los dos, no me gusta que lo hagas ya que me dejas con las ganas, pero cuando te apartas estoy pensando, venga hazlo otra vez anda..Llegamos de nuevo a mi casa, y nada seguíamos con el dichoso juego de los besos jeje, hasta que hubo uno en el que dijiste: +"Para ya, porque al final, va a pasar" - "¿Va a pasar el que?" + (Mientras me ponías las dos manos en el cuello) +Esto. Me besaste. Me besaste por primera vez. A partir de ahí fue cuando me hice adicta a ti, a tus besos. El resto de la tarde estuvimos dando paseos de un lado a otro mientras no dejabas de besarme y decir, "me encantan tus labios, es que son tan pequeñicos.. es que eres to' bonica tía"..y sin darnos cuenta, llegó la hora. La hora de la despedida. De decir adiós sin saber cuando íbamos a volver a vernos. Lo pasamos mal, a pesar de que fue solo una tarde. Una tarde inolvidable que a día de hoy sigo recordando como si fuera ayer. Porque fue el comienzo, el comienzo de una historia bonita, placentera, dolorosa, trágica, soñadora, y de película. Reconozco, que no hay día que pase y no me acuerde de ti. Pero es lo que toca. Olvidar y recomponer trozos de algo que terminó mal. Muy mal y demasiado rápido diría yo. Espero volver a tener alguna relación contigo. Amigos y solo amigos, si tu quieres claro. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario